Por: Carlos Durán de la Cruz.
Foto: Volleyball World.
La selección cubana perdió este domingo –15 de junio– en su cuarto juego en la Liga de Naciones de Voleibol, golpe con alta dosis de «autoinfligido».
Fuera de todo cálculo, los antillanos perdieron contra Estados Unidos, que se presenta un equipo alternativo, y que marchaba en el fondo de la tabla de posiciones que ahora ocupa la plantilla caribeña.
La derrota fue 1-3 con malas prestaciones en todos los indicadores. Marlon Yant repitió como máximo anotador con 21 puntos, aunque con baja efectividad.
Las ventajas en más de la mitad de los dos primeros sets se esfumaron. Mal en el saque, muy baja efectividad de ataque, mediocres prestaciones en el pase, y sobre todo la nulidad de José Massó como opuesto.
En ese punto específico, queda la duda de por qué el entrenador Jesús Cruz no buscó en algún momento el rol emergente a Yordan Bisset. No sé conocen motivos, pero es algo que deja alta preocupación. Se sabía que este era el punto más bajo precompetencia, pero ya es de alarma.
Cuba cierra la primera semana de acciones con un triunfo y tres derrotas, con solo 3 puntos, al fondo del escalafón junto a Turquía, Serbia y Países Bajos. Teóricamente era el segmento donde mejor factura podían sacar los antillanos.
Por delante nos esperan ajustes en muchos indicadores, y de manera nominal esperar que Miguel Ángel López se muestre ya a tope en la siguiente ventana de partidos. De todas maneras, ya se ve difícil acceder a la ronda final, aunque si se comportan a nivel tope, pueden llegar.
Los cubanos regresan a la acción el 25 de junio frente a Alemania.
//kbm
