
Por: Kendry Bringas Morgado.
Fotos: Cortesía del entrevistado.
La vida de Diego Miranda siempre ha estado entrelazada con los vaivenes de una esférica. Su tía –sin querer– , lo bautizó proféticamente con el nombre que referencia la enseñanza y la instrucción. No podría ser de otro modo, el “tocayo” del pibe de la zurda gloriosa, teje su destino en un terreno de fútbol.
Su abuelo materno le inculcó el amor por el deporte. Los gritos de gol y los juegos múltiples forjaron la pasión en el niño “Dieguito”, quién vio en el deporte más hermoso del mundo, la cancha perfecta para su día a día:
“Desde niño practico el deporte, siempre fue mi gran pasión junto al béisbol. Como futbolista estuve activo hasta los 17 años, pero luego de una lesión no volví a practicarlo con la misma intensidad”.
Precisamente, esa fatídica lesión –fractura de radio y cúbito de su brazo derecho– , no solo le dificultó su proceso docente, sino que le mostró el camino de la dirección al puro estilo de la magia balompédica:
“Fue la mejor vía para seguir vinculado a este bello deporte desde dentro. Sentí la necesidad de no distanciarme nunca de los terrenos de fútbol”.
De formación autodidacta y a base de constancia, el joven de 23 años lleva casi tres años de experiencia como director, donde resalta su participación en la Liga de Barrios que concentra los mejores futbolistas de La Habana y la Primera División de la Liga del Fajardo.
“Comencé en la dirección con partidos amistosos. Mi debut fue el 14 de noviembre de 2022. Me preparo diariamente viendo muchos partidos y consumiendo demasiado contenido para entrenadores, sea lectivo o visual”.
“Hasta ahora todo marcha bastante bien y sin muchos contratiempos. Tengo un total de 53 futbolistas en el equipo de Marianao FR. Mantener el dinamismo y las oportunidades para todos no es algo sencillo, pero creo que al tenerlos conmigo después de un buen tiempo ayuda mucho”, enfatizó.
¿Cuáles son las claves para ser un buen director de fútbol?
“La base fundamental para mí es la comunicación franca y directa con cada uno de los atletas. También aplico mucho de la parte pedagógica que tengo porque estoy al graduarme de licenciado en Educación de Lenguas Extranjeras”.
El joven cubano irradia la polivalencia de Federico Valverde en estos menesteres de la redonda y la dirección. Se desempeña además, como narrador y periodista, al puro estilo de un hat- trick, esos que escasearon en su etapa como jugador.
“Gracias al periodismo y a la narración tuve la oportunidad de estar con la selección nacional en los entrenamientos previo al repechaje de la Copa de Oro. Realmente disfruto las tres especialidades, cada una tiene su sabor especial, declaró.
Diego también siente pasión por el Deporte Nacional, pero, tiene al fútbol, ese de barrio, caluroso y caribeño como su fiel escudero en su Tierra natal. Su lesión en el brazo derecho marcó una derrota en la ida, no obstante le dejó preparado una vuelta cargado de nuevas experiencias.
El recuerdo de esos dos goles y tres asistencias en la categoría sub 15 –en los barrios habaneros– hacen estremecer su semblante, ese que se avivó a la hora de exponer parte de sus sueños.
¿Metas por lograr?:
“Como director un título con mi equipo. En el periodismo poder seguir desarrollándome cada vez más hacia lo profesional y en la narración no parar de narrar goles nunca”, respondió sin rodeos al puro estilo de un goleador de pasiones.
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