
Por Valia Marquínez Sam
Con una comparecencia en vivo desde el Palacio de Convenciones de La Habana, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, acompañado por parte del equipo de dirección del Ministerio de Relaciones Exteriores, compartió los principales lineamientos de la política exterior de Cuba para el período 2025-2028.
Las directrices fueron debatidas en la mañana por los diputados de la Asamblea Nacional, y están marcadas por tres prioridades: la defensa de la soberanía, la recuperación económica y el fortalecimiento del liderazgo internacional de Cuba.
Rodríguez subrayó que la política exterior cubana parte de la voluntad soberana del pueblo cubano y tiene como objetivo esencial preservar la independencia nacional y la defensa del modelo socialista frente al recrudecimiento de la agresión del gobierno de Estados Unidos. Alertó sobre el impacto devastador del bloqueo económico y la arbitraria inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, instrumentos diseñados —dijo— para frenar el desarrollo de la nación y causar sufrimiento a las familias cubanas.
El segundo gran objetivo de la política exterior, destacó el canciller, será la búsqueda activa de nuevas oportunidades para el desarrollo económico, mediante el fomento de las exportaciones, la atracción de inversiones y la ampliación de relaciones financieras y de cooperación internacional. Subrayó que cada misión oficial, cada delegación que representa a Cuba en el exterior, responde a esta lógica de trabajo por el bienestar económico del país.
El tercer pilar de la estrategia estará centrado en continuar y profundizar el papel activo de Cuba en la escena internacional, especialmente en foros como el Grupo de los 77 y China y el Movimiento de Países No Alineados. Cuba seguirá abogando —afirmó Rodríguez— por un nuevo orden internacional más justo, inclusivo y democrático, en contraposición al modelo hegemónico e injusto que pretenden imponer desde Washington.
Uno de los elementos más debatidos en la Comisión de Relaciones Internacionales fue el papel del pueblo en el diseño, ejercicio y control de la política exterior. El ministro insistió en que se trata de una diplomacia revolucionaria y popular, enraizada en las luchas históricas por la independencia, que reconoce como protagonistas a los obreros, campesinos, jóvenes, mujeres, artistas e intelectuales. Esta visión fue respaldada por los diputados, quienes coincidieron en que el pueblo cubano no solo es representado, sino que impulsa y legitima la política exterior del país.
El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, subrayó la creciente importancia que el Estado cubano otorga a sus vínculos con los nacionales residentes en el exterior, especialmente con quienes viven en Estados Unidos. En un contexto de hostilidad creciente desde Washington, el canciller reconoció el papel activo de muchos cubanos residentes en el exterior en la defensa de la soberanía nacional y en la denuncia del bloqueo económico.
Rodríguez destacó que una parte considerable de los cubanos en el exterior —y también sus descendientes— han sido formados por el sistema educacional, científico y social de la Revolución, y tienen una voluntad firme de participar en la vida nacional. “Debemos abrir todas las posibilidades para que contribuyan de forma activa”, expresó, al tiempo que resaltó su papel en el desarrollo económico y la oposición a la arbitraria inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla reconoció que, a pesar de los esfuerzos desplegados, persisten insatisfacciones en el ámbito de las relaciones económicas externas del país.
Rodríguez fue enfático al afirmar que la prioridad fundamental de la política exterior en el corto y mediano plazo es alcanzar resultados concretos y tangibles que generen nuevas oportunidades para la economía nacional, hoy severamente afectada por el bloqueo y otras limitaciones externas.
En su intervención, el ministro agradeció las palabras de reconocimiento expresadas por los diputados y por el presidente de la Asamblea Nacional hacia el pueblo cubano, a quien calificó como actor esencial y protagonista de primera línea de la política exterior del país. También reiteró el papel activo de los cubanos residentes en el exterior en esta estrategia de nación.
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