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Cuba llevó a Minsk propuestas concretas que no deben esperar

Por: César Gómez Chacón

Desde la capital bielorrusa, en el IV Foro Económico Euroasiático, celebrado la semana que concluye en Minsk, la voz cubana se alzó con firmeza y propuestas en mano. La Habana ha vuelto a dejar claro que no acude a los escenarios internacionales como simple observadora.

El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien encabezó la delegación antillana, delineó ante los líderes de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) las prioridades de archipiélago para estrechar lazos económicos, comerciales y de inversión.

Con una mirada práctica, centrada en superar las restricciones impuestas por el bloqueo de Estados Unidos, Díaz-Canel propuso avanzar en proyectos de cooperación concretos, especialmente en sectores clave para el desarrollo cubano: energía, biotecnología, industria farmacéutica, agricultura, transporte y turismo. El país caribeño propone perspectivas que favorezcan su economía, pero que al mismo tiempo beneficien a todos los miembros del grupo euroasiático.

Cuba planteó su interés en desarrollar inversiones conjuntas para la producción de alimentos —una prioridad urgente para el país— así como en ampliar la colaboración en energías renovables. Estos sectores, subrayó el presidente cubano, son estratégicos tanto para la seguridad nacional como para la soberanía económica de la mayor de las Antillas.

Uno de los aspectos más destacados fue la disposición cubana de compartir su experiencia y capacidades en la industria biotecnológica y farmacéutica. Díaz-Canel recordó que su país ha desarrollado productos de alto valor agregado reconocidos mundialmente, y expresó la voluntad de que estos avances beneficien también a los pueblos miembros de la UEEA. De hecho, ya existen proyectos de colaboración en esta área, que se busca fortalecer.

Sobre las posibilidades de colaborar en la esfera del turismo, Cuba ofreció condiciones atractivas para sumar a su privilegiada ubicación geográfica la inversión extranjera y alianzas estratégicas, con el propósito de revitalizar uno de sus sectores económicos más importantes. Se incluyó además el interés en fomentar vínculos con la industria ligera y manufacturera de la región euroasiática, especialmente en lo relativo al transporte y la logística.

Zona del Mariel: la puerta de entrada a América Latina

Un punto estratégico en la agenda cubana en el foro de Minsk fue la invitación a los países miembros de la UEEA a invertir en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, concebida como una plataforma logística, comercial e industrial de alto valor para acceder no solo al mercado cubano, sino también al resto de América Latina y el Caribe.

Cuba, en la voz de su presidente y también de otros miembros de su amplia delegación organizada por la Cámara de Comercio, ofreció facilidades para la instalación de empresas con capital extranjero, condiciones fiscales atractivas y una ubicación privilegiada que permite proyectar exportaciones desde un punto neurálgico del Caribe. Se trata, dijo Díaz-Canel, de una oportunidad para convertir al Mariel en un enclave de cooperación entre Eurasia y América Latina.

Un mensaje de integración y soberanía

En su intervención ante el Foro de Minsk, Díaz-Canel dejó claro que Cuba no solo busca apoyo, sino que también está dispuesta a aportar y a integrarse activamente a las dinámicas de la UEEA. Subrayó la importancia de construir relaciones económicas que se basen en la equidad, la solidaridad y el respeto mutuo. Frente a un mundo cada vez más convulso y desigual, el mandatario defendió la necesidad de impulsar un nuevo orden económico internacional más justo e inclusivo.

Asimismo, el presidente de la nación antillana invitó a los empresarios y gobiernos del bloque a participar en la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2025), que tendrá lugar del 24 al 29 de noviembre. Dijo que este evento será un espacio ideal para continuar el diálogo iniciado en Minsk, fortalecer los contactos interempresariales y avanzar hacia acuerdos concretos.

También se valoró la posibilidad de crear nuevos mecanismos de intercambio y cooperación, que incluyan no solo el comercio, sino también el desarrollo científico, la formación de personal técnico y la creación de cadenas de valor compartidas entre ambas regiones.

El también primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba agradeció la solidaridad de los países miembros de la UEEA frente al recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto y arreciado por EE.UU. y denunció los efectos extraterritoriales de esa política. Recalcó que la cooperación con Eurasia se convierte en un mecanismo real y efectivo para sortear las trabas impuestas por Washington.

Entre las buenas noticias de estos días está la firma de un acuerdo para la constitución de un Comité bilateral entre la Cámara de Comercio de Cuba y el Consejo de Empresarios de la Unión Económica Euroasiática.

Esto, sin dudas, “contribuirá a crear mejores condiciones para el relacionamiento entre nuestras empresas”, afirmó el Jefe de Estado cubano, quien expresó la plena disposición de la mayor de las Antillas para realizar en el mes de septiembre la sesión de la Cuarta Comisión Conjunta, y, posteriormente avanzar en la firma del Plan Conjunto de Colaboración para el período 2025-2030, el que debe ser —dijo— “un mecanismo eficaz y práctico que proyecte acciones concretas para el comercio bilateral, la cooperación y las inversiones”.

En resumen, Cuba llegó a Minsk con propuestas claras, espíritu colaborativo y la convicción de que, incluso en medio de las dificultades, puede ser parte activa de un espacio económico diverso, multipolar y solidario.

“No se puede esperar más”, enfatizó el presidente cubano a sus homólogos allí. “El momento de actuar es ahora. Hagámoslo con determinación, con visión de futuro y con el compromiso inquebrantable con la integración, la cooperación y la solidaridad”.

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