Foto: BNC
El 28 Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso culminó con una gala espectacular que destacó la diversidad de estilos y nacionalidades en la danza. Este evento, que tuvo lugar del 28 de octubre al 10 de noviembre, se consolidó como un punto de encuentro para bailarines de más de 15 países, convirtiendo a la capital cubana en un centro global de la danza.
La clausura incluyó una interpretación memorable de “Carmen” por el Ballet Nacional de Cuba, donde el destacado bailarín brasileño Marcelo Gomes debutó como Don José, acompañado por Viengsay Valdés en el papel de la gitana. La actuación fue enriquecida por otros talentosos artistas, como Dani Hernández y Ányelo Montero, quienes aportaron su brillo a esta clásica coreografía.
Entre las presentaciones destacadas se exhibió un fragmento de «Nuestros valses», coreografía de Vicente Nebrada e interpretado por la Compañía Colombiana Incolballet, con música en vivo del pianista cubano Marcos Madrigal. Además, el Dresden Semperoper Ballet mostró su destreza en «Un dulce hechizo de olvido», mientras que Elisa Carrillo y Mijaíl Kaniskin cautivaron con «Multiplicidad. Formas de silencio y vacío», una obra inspirada en la música de Bach.
La gala también estuvo acompañada de una aplaudida actuación de la bailadora flamenca Patricia Donn con su coreografía «Farruca Luna Nueva». Los primeros bailarines rusos Maria Iliushkina y Semyon Chudin interpretaron con maestría «El cisne negro» del clásico «El lago de los cisnes», mientras que Anette Delgado y Dani Hernández del BNC deslumbraron en «Invierno».
El festival cerró con el estreno de “Gitanerías”, coreografía del español Joaquín de Luz, quien junto a Viengsay Valdés ofreció una actuación llena de complicidad y virtuosismo. Las interpretaciones en vivo del pianista Aldo López Gavilán acompañaron esta última presentación.
Finalmente, el evento concluyó con una ovación del público hacia el Ballet Nacional de Cuba y los artistas internacionales que participaron. Aunque muchos debieron partir antes por compromisos profesionales, la gala final dejó una huella imborrable en todos los asistentes, celebrando así el arte y la unidad a través de la danza.
Fuente: Ballet Nacional de Cuba, PL
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