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Víctor Fernández: una vida consagrada a la solidaridad con Cuba

Por: Valia Marquínez Sam

Entrevista al Presidente de Cuba Cooperación Francia, figura clave en la cooperación descentralizada y defensor incansable contra el bloqueo de EE. UU. a la Isla.

En un parque de Tremblay-en-France —una comuna cercana a París con una larga tradición de amistad con Cuba— tuvo lugar la que sería una de las últimas entrevistas televisivas concedidas por Víctor Fernández, presidente de Cuba Cooperación Francia (CubaCoop). La periodista y Directora de Cubavisión Internacional Bárbara Doval Martínez sostuvo este diálogo con el dirigente, quien falleció este sábado 5 de julio, dejando un legado de más de tres décadas de compromiso y cooperación con la Isla.

¿Por qué Cuba? El origen de un vínculo vital

Para Víctor Fernández, Cuba no era solo una causa política: era una emoción arraigada. “Desde mi primera visita en 1975, cuando era militante de la juventud comunista francesa, quedé profundamente marcado por su cultura, su Revolución, su pueblo. Cuba entró en mi corazón y ahí se quedó”.

Ese primer contacto, afirmó, fue la raíz de todo lo que vendría después: “Ha sido una guía para mí en todos los actos de cooperación que he impulsado desde entonces”.

Antes de explicar el surgimiento de CubaCoop, Fernández recordó los vínculos culturales y políticos que unen a ambas naciones. Mencionó la lectura de “Los Miserables” en las fábricas de tabaco de La Habana, la similitud entre los himnos y banderas, y la participación de ingenieros franceses en los ferrocarriles cubanos.

También evocó que Fidel Castro, en su encuentro con el presidente François Hollande, confesó que uno de los primeros libros que leyó fue sobre la Revolución Francesa. “La historia de cooperación entre Cuba y Francia no comienza con CubaCoop, sino mucho antes”, dijo.

Cuba Cooperación Francia: una organización nacida del diálogo

La asociación no nació en París, sino en La Habana. En una cena organizada por el embajador francés, Fidel propuso al dirigente comunista Georges Marchais evaluar si técnicos franceses podían ayudar en la producción de maíz, afectado entonces por plagas.

Al regresar a Francia, Marchais consultó a Roger Grebull, vicepresidente del departamento de Val-de-Marne, quien entendió que no se trataba solo de crear una nueva asociación política, sino una organización que impulsara proyectos técnicos, económicos y culturales concretos con Cuba.

Así nació Cuba Cooperación en 1995, en la ciudad de Ivry-sur-Seine, uniendo a políticos y empresarios comprometidos con el desarrollo cubano.

Uno de los primeros logros de la organización fue la donación de 20 autobuses a La Habana, seguidos por la adquisición de 350 más a bajo costo, gracias a acuerdos de cooperación técnica. También se establecieron nexos con el SIAP (organismo encargado del agua y saneamiento en París) para apoyar al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en Cuba.

En el ámbito cultural, la creación de la Casa Víctor Hugo en La Habana —proyecto coordinado junto al historiador Eusebio Leal— se convirtió en una “vitrina de la cultura francesa” y símbolo tangible de esa amistad.

Cienfuegos: el corazón de la cooperación francesa en Cuba

En 2006, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), CubaCoop lideró la ejecución de un proyecto de desarrollo humano local en Cienfuegos. La elección de la ciudad no fue casual: fue la única fundada por colonos franceses en América Latina bajo dominación española.

El llamado “Proyecto Cienfuegos” se convirtió en el más importante de la cooperación descentralizada de Francia a nivel mundial, con más de 100 acciones concretas: rehabilitación del Teatro Tomás Terry, alumbrado público, casas de abuelos, escuelas de energía renovable, centros de autismo y desarrollo local en Cayo Carenas, entre otros.

Víctor Fernández recalcó que los proyectos de CubaCoop se desarrollaron cuando las relaciones estatales entre Cuba y la Unión Europea se habían congelado por la imposición de la llamada “posición común”. En ese contexto, la cooperación de la asociación fue bien recibida por Cuba “porque venía del fondo del corazón, sin condiciones políticas”.

Ese enfoque permitió que CubaCoop acompañara incluso la visita del presidente François Hollande a La Habana, fortaleciendo así los vínculos oficiales y favoreciendo la entrada de la Agencia Francesa de Desarrollo en proyectos clave.

Yo Soy Cuba: la casa de la solidaridad en pleno corazón francés

Uno de los proyectos más recientes y emblemáticos fue la inauguración de la Casa “Yo Soy Cuba” en Tremblay-en-France. Concebida en el contexto de los Juegos Olímpicos de París 2024, se trató de una iniciativa para recibir a atletas cubanos durante su preparación, pero también para abrir un espacio de diálogo con la sociedad francesa.

“Esa casa no solo acoge a deportistas; también expone la realidad cubana, desmonta mitos, explica que el bloqueo sigue vigente, y que Cuba da lo que no le sobra, sino lo que los demás necesitan”, expresó.

En más de una veintena de municipios franceses, los atletas cubanos también visitaron escuelas, dialogaron con comunidades y construyeron puentes de entendimiento. “Fue una fiesta. Una fiesta de fraternidad donde el invitado de honor fue Cuba”, afirmó.

Gracias a esta experiencia, muchos municipios —incluso de derecha— se abrieron a la cooperación. “Hoy tenemos más puertas abiertas. Y eso es clave porque Cuba necesita cooperación económica urgente”, subrayó Fernández.

El combate contra el bloqueo: entre tribunales y conciencia europea

Víctor Fernández denunció en reiteradas ocasiones el impacto devastador del bloqueo de EE. UU. y sus leyes extraterritoriales: “Ningún banco francés acepta trabajar con Cuba. Cuando detectan que el proyecto lleva el nombre de Cuba Cooperación, nos niegan la venta de equipos, nos encarecen los envíos. Todo eso es inaceptable”.

CubaCoop participó activamente en el Tribunal Internacional contra el bloqueo, y organizó espacios como el Foro Europeo de la Cooperación con Cuba, para coordinar acciones conjuntas con organizaciones italianas, españolas y belgas.

Antes de concluir la entrevista, Fernández confirmó la existencia de más de 60 proyectos en desarrollo en Cienfuegos, relacionados con recursos hidráulicos, energías renovables, educación y salud. También mencionó nuevos proyectos en Santiago de Cuba, especialmente en la zona de La Gran Piedra, con valor histórico y ambiental. “Recuerden que allí colonos franceses que venían de Haití introdujeron el café”, precisó

Un legado de compromiso: “Si volviera a nacer, sería cubano”

En sus palabras finales, Víctor Fernández dejó claro que su compromiso con Cuba era total: “Si la vida me diera el privilegio de nacer de nuevo, yo sería cubano”.

A través de CubaCoop, logró movilizar conciencias, construir puentes culturales y técnicos, y defender a Cuba con hechos y argumentos ante los desafíos del mundo. Su legado, como él mismo dijo, fue el de una herramienta útil para la construcción de un futuro más justo y solidario.

 

Descansa en paz, Víctor Fernández. Cuba te lleva en el corazón.

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