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El Zapateo cubano: un tesoro de la identidad nacional

En Cuba existen más de 70 géneros musicales, de ahí que muchos la reconozcan como la Isla de la Música; en primer término hay que citar la Salsa, el Son o el Danzón, aunque también resaltan el Cha cha chá, el Mambo, o la ruidosa Timba, sin dejar a un lado los surgidos hace siglos como el Zapateo.

El Zapateo constituye un baile cubano de origen español, cuyo surgimiento ocurrió en los campos en los remotos años de 1550, como una manifestación cultural a la cual dieron vida los colonizadores hispanos asentados en los campos, quienes en sus ratos de ocio y festividades gustaban bailar.

Su nombre se debió a que el ritmo de la música compulsaba al arrastrado de los pies o zapateado, y de acuerdo con musicólogos tiene una posible procedencia andaluza, relacionada con algunas danzas de influencia celta en Europa, aunque hay otros investigadores que consideran que su raíz es canaria.

Se caracteriza, como su nombre lo indica, por el trabajo de los pies que alternan entre el tacón y la punta, siempre llevando el ritmo con los acordes musicales. Distintivo de este baile resulta el juego de galanteo entre el hombre y la mujer.

Posee la característica de ser un baile de pareja suelta, que se apoya en las notas musicales en compás de seis por ocho, el canto y el palmeo de los participantes.

La mujer se mantiene erguida y sostiene su delantal o falda con ambas manos; el hombre se inclina ligeramente hacia delante con los brazos cruzados por detrás a la altura de las caderas, de modo que simula perseguir el cuerpo de la compañera con su cabeza.

Este baile se acompaña con el canto y las palmadas de los participantes del “guateque”, como se conoce a la fiesta que agrupa a instrumentistas y bailarines de la modalidad campesina.

El Zapateo está considerado un baile de “guajiros” y por eso quizás ha sido un poco marginado, y no es que yo abogue porque se baile en las discotecas…pero no debemos olvidarlo, porque constituye un ritmo muy cubano y forma parte de nuestras raíces más auténticas.

 

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