El primero de los tanques de la Empresa Comercializadora de Combustibles de Matanzas que se incendió el pasado 5 de agosto, identificado como TK 52, contenía 25 000 metros cúbicos de crudo nacional mejorado. En el segundo, el TK 51, se depositaban 50 000 metros cúbicos de fuel oil. El tercero, TK 50, almacenaba otros 50 000 metros cúbicos de crudo nacional, mientras que el cuarto y último de esa batería se encontraba vacío.
Conocer las cifras con exactitud no fue difícil, toda vez que, por la naturaleza y funciones de la Empresa, están sujetas a estricto control. Sin embargo, el simple enunciado no es suficiente para comprender a cabalidad el impacto material del siniestro, toda vez que en la industria petroquímica se utilizan indistintamente términos como “crudo”, “fuel oil” y “barriles”, que no siempre se conocen y que tienden a generar confusión, además de que no se ha hecho aún referencia su valor económico.
Para tener una idea inicial lo más exacta posible, proponemos repasar algunos conceptos:
El petróleo científicamente se define como un aceite mineral integrado por un conjunto de compuestos químicos complejos cuya composición principal es hidrogeno (hidro) y carbono (carburo) no solubles en agua, que a temperatura y presión ambiente tiene color muy oscuro o negro, una consistencia viscosa, es menos denso que el agua, y posee un olor acre característico.
Cuando se habla de petróleo, hay que distinguir entre crudo y refinado. El crudo es una mezcla líquida y compleja de varios hidrocarburos, que van desde las sustancias simples y muy volátiles hasta los compuestos asfálticos, que se extrae directamente de la tierra; y el refinado es aquel que resulta luego de someter el crudo a un proceso mediante el cual se separan los destilados valiosos del gasóleo atmosférico.
El fuel oil, también conocido simplemente como fuel, es una fracción del petróleo –entre el 30 y el 50 %- que se obtiene como residuo de su destilación: el crudo se calienta, gasifica y luego se condensa. Hay seis tipos de fuel, identificados con los números del uno al seis, entre los cuales el número dos es el combustible que normalmente usan los motores diésel.
Ahora bien, la unidad de medida que usualmente se utiliza para referirse al petróleo y sus derivados es el barril, herencia histórica de sus primeros productores y comercializadores, que fueron los norteamericanos, y que no guarda relación con el peso, sino con el volumen.
Un barril británico es igual a 35 galones, o 159.11 litros; mientras que los barriles estadounidenses, los más utilizados, equivalen a 42 galones norteamericanos, que a su vez son 158.98 litros.
Como se trata de una unidad de volumen, su peso puede variar. En dependencia de la densidad del petróleo, la masa de un barril oscila entre los 119 y los 151 kilogramos. Mientras que un litro de petróleo, 40º api, pesa 0.825 kilogramos. Por ello, un metro cúbico de petróleo tiene una masa aproximada de 825 kilogramos.
Entonces, es posible estimar que los 25 mil litros cúbicos de crudo nacional almacenados en el depósito TK 52, tenían un peso aproximado de 20 600 toneladas y equivalen a 157 245 barriles de ese tipo de combustible.
Sin embargo, conocer la cantidad de barriles almacenados en el tanque no es suficiente para calcular con exactitud su valor, pues el precio del crudo varía constantemente en el mercado internacional y se puede tener solo como referencia, amén de que en este caso es de producción nacional.
En cualquier supuesto, tomando como referencia un precio de 101.19 dólares por barril, que es el al cual ha cotizado como promedio el petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) durante este 2022, se puede estimar que el costo del combustible que ardió en el primer tanque se acerca a los 16 millones de dólares.
Desde otra perspectiva, y tomando en consideración que la producción nacional es de alrededor de 50 000 barriles de crudo diarios, la afectada por el incendio probablemente equivaldría al petróleo extraído en Cuba durante tres jornadas.
En cuanto a los 50 000 metros cúbicos de fuel oil almacenados en el segundo depósito, tenían un peso aproximado, tomando como referencia el diésel más pesado, cuya densidad es de 850 kg/m³, de 44 500 toneladas.
Representan, entonces 314 490 barriles, que son 13 208 580 galones estadounidenses. Teniendo en cuenta que el precio del fuel oil ha mantenido una tendencia al alza durante el 2022, que cerró a 4.25 el galón al concluir junio, es posible estimar su valor total en aproximadamente 56 millones de dólares.
En este caso, y en vistas de que Cuba consume aproximadamente 22 000 barriles diarios de diésel, y 140 000 de productos refinados, el fuel afectado por el fuego en el segundo depósito representaría el consumo del país durante 14 días.
Respecto al tercer depósito, que estaba a plena capacidad y contenía 50 000 metros de crudo nacional que no pudo ser evacuado, por simple operación matemática, es posible saber que el combustible almacenado en su interior tenía un peso aproximado de 41 200 toneladas, equivalentes a 314 490 barriles de petróleo, cuyo valor nominal supera los 30 millones de dólares.
Para tener una mejor idea del tamaño de los depósitos, los petroleros de la clase Panamax, diseñados para ajustarse a las dimensiones máximas permitidas para el tránsito por las antiguas esclusas del canal de Panamá, tienen un largo máximo (Eslora) de 294.1 metros (950 pies), un ancho (Manga) de 32.3 metros (106 pies), y un calado de 12 metros.
Este tipo de barco, que constituye el 19 % de la flota mundial, es capaz de transportar entre 50 000 y 79 000 toneladas y, como promedio, carga 60 000 toneladas.
Por tanto, cada tanque de 74 metros de diámetro y 12 de alto, de 50 000 metros cúbicos de capacidad, que equivalen a 44 500 toneladas de fuel, podía asumir tres cuartas partes del combustible transportado por un petrolero de ese tipo, y recibir prácticamente la carga completa de los tanqueros más pequeños, como de hecho son la mayoría de los que utiliza Cuba en el traslado de los combustibles desde Venezuela.
En números, hemos sufrido la pérdida de 75 000 metros cúbicos de crudo nacional y 50 000 metros cúbicos de fuel oil, que en peso representan 61 800 y 44 500 toneladas respectivamente, y tienen un valor conjunto superior a los 100 millones de dólares.
Aunque los volúmenes de combustible son grandes, y las pérdidas económicas directas elevadas, además de ser también muy altos los costos de las labores de contención y extinción del fuego, y posterior recuperación, tal vez la principal afectación que a futuro cause el siniestro sea la pérdida definitiva de capacidades de almacenamiento, en el orden mínimo de los 400 000 metros cúbicos, y la disminución, al menos temporal, de la funcionabilidad del complejo, con la consiguiente afectación a la disponibilidad de crudo y fuel oil, y las limitaciones que de ella se deriven en la generación eléctrica y la producción del resto de la industria nacional.
(Tomado del perfil en Facebook de Abran Sánchez)