El desarrollo de la industria biotecnológica cubana ha permitido que el país cuente con una carpeta de productos propios para enfrentar la COVID-19, en la cual sobresalen tres medicamentos de uso preventivo, tres antivirales, dos novedosos antinflamatorios y cuatro diagnosticadores serológicos.
El ministro de Salud Pública, doctor José Angel Portal Miranda, lo afirmó, recientemente, en el 59 Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud, cuando informó de la actualización del Plan Nacional contra la pandemia.
Entre los medicamentos de uso preventivo destacó la Biomodulina T (inmunomodulador de origen natural), el Hebertrans (Factor de Transferencia) y el Nasalferón (formulación nasal de IFN alfa-2b humano recombinante), utilizados tempranamente en el fortalecimiento del sistema inmunológico de personas vulnerables o sospechosas al SARS-COV-2, o confirmados de bajo riesgo.
Productos biotecnológicos como el Heberon® (interferón alfa-2b humano recombinante) o el Heberferon® (IFN alfa-2b + IFN gamma) han sido administrados como antivirales en hospitalizados, con buenos resultados en evitar la evolución tórpida hacia la gravedad.
El péptido inmunomodulador Jusvinza y el anticuerpo monoclonal Itolizumab han sido administrados en condición de antinflamatorios en el tratamiento de la enfermedad severa y grave, con altos índices de supervivencia.
Por su parte, el Umelisa SARS-COV-2 antígeno forma parte de los diagnosticadores desarrollados en el país, basado en la tecnología suma, y usados en los estudios clínicos para determinar la cantidad de anticuerpos que inducen las vacunas cubanas o para detectar personas infectadas con el coronavirus.